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Palabras Islamicas

Palabras de los Salaf sobre la muerte (extracto):


Ar-Rabi Ibn'Badr pasó junto a un grupo de hombres mientras estaban cavando una tumba para un muerto . Él les dijo: "¿Quién es este extranjero entre vosotros? " Ellos dijeron: Este no es un extranjero , pero si un pariente y muy querido . Él dijo: "¿Y quién es más extranjero que el muerto entre los vivos? "Y todos empezaron a llorar. "(Al-Hilyah, 6 / 297)

Muslim ibn Ibrahim informó que Hisham Ad-Dustawâ'î no apagaba su lámpara hasta la mañana , y decia: "Cuando veo las tinieblas de la noche , me recuerda a las tinieblas de la tumba." (Al-Hilyah, 6 / 278)

Kitab : La Muerte te exhorta de imam Ad-Dhahabi 

 

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El Libro del Matrimonio-61

El Libro del Matrimonio-61

I• El estímulo hacia el matrimonio

1828. Anas bin Mâlik dijo: ‘Llegaron tres per- sonas a las casas de las esposas del Profeta (B y P); preguntaban sobre la adoración del Profeta (B y P). Cuando se les informó, fue como si les pareciera muy poco. Dijeron: ‘¿A qué distancia es- tamos nosotros (por delante) del Profeta (B y P)? Y eso que Dios le perdonó sus pecados pasados y futuros’. Uno de ellos dijo: ‘Yo rezaré durante toda la noche siempre». Otro dijo: ‘Yo ayunaré todos los días del año, sin romper mi ayuno’. El otro dijo: ‘Yo me alejaré de las mujeres y nunca me casaré’. El Mensajero de Dios (B y P) llegó y dijo: «¿Vo- sotros sois los que decís así y así? Yo, ¡Por Dios!, soy de vosotros el que más teme a Allah y el que más se protege de Su castigo; sin embargo; ayuno y no ayuno; rezo y duermo; y me caso con muje- res. Quien rechaza mi sunna no es de los míos»’.

II • Lo que es detestado del ascetis- mo y la castración

1829. Sa‘d bin Abi Waqqâs dijo: ‘El Profeta

(B y P) rehusó permitirle a ‘Uzmân bin Madh‘ûn

hacerse asceta; si se lo hubiese permitido nos habríamos castrado’

1830. Abû Huraira relató: ‘Dije: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! Soy un hombre joven y temo por mi alma que vaya a cometer fornicación, pero no encuentro (medios) con qué casarme con alguna mujer’; el Profeta (B y P) se quedó callado. Luego dije lo mismo y él se quedó callado. Luego dije lo mismo y él se quedó callado. Luego dije lo mismo y el Profeta (B y P) dijo: «¡Abû Huraira! El cálamo se secó después de escribir lo que tú encontrarías (tu destino ya está escrito). Si quieres cástrate o si no déjalo (da lo mismo)»’.

III • El matrimonio con vírgenes

1831. ‘Âisha relató: ‘Dije: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! Si vas por un valle y encuentras un árbol del cual se ha comido algo y otro del cual no se ha comido nada ¿De cuál harías comer a tu camello?’ él dijo: «Del cual no se ha comido nada»’. ‘Âisha quería decir que el Mensajero de Dios (B y P) no se había casado con ninguna otra virgen aparte de ella.

IV • Casando a una joven con un hombre mayor

1832. ‘Âisha también relató que el Profeta (ByP) pidió su mano a Abû Bakr y Abû Bakr dijo: ‘¡Pero yo soy tu hermano!’ El Profeta (B y P) respondió: «Tú eres mi hermano en la religión de Dios y en Su Libro; pero yo tengo permitido ca- sarme con ella».

V• La igualdad de religión

1833. ‘Âisha también relató que Hudhayfa bin ‘Utba bin Rabí‘a bin ‘Abd Shams, de los que pre- senció la batalla de Badr con el Profeta (B y P), adoptó a Sâlim y lo casó con la hija de su her- mano Hind bin Al-Walîd bint ‘Utba bin Rabí‘a; Sâlim era un esclavo liberto de una mujer ansârí. TambiénelProfeta(B y P)habíaadoptadoa Zayd; en la Ÿahiliya los adoptados eran llamados por los nombres de sus padres adoptivos y here- daban de ellos. Esto fue hasta que Dios reveló la aleya: Llamadles por su padre, es más justo ante Dios. Y si no sabéis quien es su padre, que sean

vuestros hermanos en religión y vuestros prote- gidos (33:5); entonces se los volvió a llamar por los nombres de sus verdaderos padres. Aquél cuyo padre sea desconocido era considerado un mawla y un hermano en la religión. Un día, lle- gó Sahla bint Suhayl bin ‘Amrû Al-Qurashi, luego Al-‘ámirí –esposa de Abû Hudhayfa bin ‘Utba– ante el Profeta (B y P) y dijo: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! Solíamos ver a Sâlim como un hijo y Dios ha revelado lo que tú ya sabes (sobre los hijos adoptivos)’...el resto del hadiz lo relata uno de los subnarradores.

1834. ‘Âisha también relató: ‘El Mensajero de Dios (B y P) entró a ver a Dubâ‘a bint Al-Zubayr y le dijo: «¿Tienes deseos de hacer la Peregrina- ción?», ella dijo: ‘¡Por Dios! me siento enferma’. El Profeta (B y P) le dijo: «Cuando hagas la inten- ción (del haÿÿ) estipula algo, diciendo: ‘¡Por Dios! terminará mi ihrâm en cualquier lugar donde Tú me retengas (no pueda seguir mi camino)’». Ella era esposa de Al-Miqdâd bin Al-Aswad’.

1835. Abû Huraira relató que el Profeta (B y P) dijo: «Uno se casa con una mujer por (una de) cuatro (cosas): Por su fortuna, por su prestigio, por su belleza y por su religión. Elige a la de reli- gión que si no lo haces serás un perdedor».

1836. Sahl dijo: ‘Un hombre rico pasó cerca del Mensajero de Dios (B y P) y él dijo: «¿Qué opináis de este?», (sus sahabas) dijeron: ‘Seguro que, si pide a una mujer en matrimonio, se la dan; si intercede su intercesión es aceptada y si habla se le escucha’ y el Profeta (B y P) calló. Luego pasó uno de los pobres entre los musulmanes; entonces el Profeta (B y P) dijo: «¿Y qué opináis de este?», dijeron: ‘Seguro que si pide a una mujer en ma- trimonio no se la dan, si intercede no se le acepta y si habla no se le escucha’. El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Este es mejor que la tierra llena de gente como el otro»’.

VI • Cómo protegerse de los malos augurios en una mujer; y las palabras de Dios: ¡Creyentes! En algunas de vuestras esposas y algunos de vuestros hijos tenéis un enemigo (64:14)

1837. Usâma bin Zayd relató que el Profe- ta (B y P) dijo: «No os he dejaré, después de mi (muerte), una atribulación más peligrosa para los hombres que la de las mujeres».

VII • Las palabras de Dios: Os están prohibidas vuestras madres... vuestras madres de leche (4:23) y lo que se prohibe por consan- guinidad se prohibe por la lactancia

1838. ‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘Se dijo al Pro-

feta (B y P): ‘¿Por qué no te casas con la hija de

Hamza?’ Él dijo: «Porque es hija de mi hermano de leche 1839. ‘Âisha relató que oyó la voz de un hombre (es mi sobrina por lactancia)»’.que pedía permiso de entrar a la casa de Ha fsa. Dijo: ‘Dije: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! ¡Ese hombre pide entrar en tu casa!’; el Profeta (B y P) dijo: «Pienso que es fulano» por un tío de lac- tancia que tenía Hafsa’. ‘Âisha preguntó: ‘Si fula- no –y mencionó a un fallecido tío de lactancia de ella– viviera ¿Podría entrar a verme?’ y el Profe- ta (B y P) dijo: «Sí, porque la lactancia prohibe lo mismo que prohibe el nacimiento (la consangui- nidad)».

 

1840. Umm Habîba dijo: ‘Dije: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! Cásate con mi hermana, la hija de Abû Sufyân’. El Profeta (B y P) dijo: «¿Y realmente quieres eso?» yo dije: ‘Ya ahora no soy la única (de tus esposas) y quiero compartir este bien (el ser tu esposa) con mi hermana’. El Profeta (B y P) dijo: «Eso no es lícito para mí». Yo dije: ‘Pero oímos que quieres casarte con la hija de Abû Salama’; él dijo: «¿Te refieres a la hija de Umm Salama?» yo dije: ‘Sí’. El Profeta (B y P) dijo: «Aunque no fue- se hija de mi esposa y criada en mi casa aún sería ilícito para mí casarme con ella, pues es hija de mi hermano por lactancia. A mí y a Abû Salama nos amamantó Zuayba; así que no me presentéis a vuestras hijas ni a vuestras hermanas (para ma- trimonio)»’.

VIII • Quien opina que no hay lactan- cia después de los dos años, por las palabras de Dios: Las ma- dres amamantarán a sus hijos por dos años completos (2:233); y qué cantidad de veces hacen al amamantamiento válido y pro- hibitivo

1841. ‘Âisha relató que el Profeta (B y P) en- tró a verla cuando un hombre estaba conversando con ella y sucedió que su rostro cambió, como si no le gustase aquello. Ella le dijo: ‘Es mi herma- no (de lactancia)’. Él dijo: «Aseguraos quiénes son vuestros hermanos, pues la lactancia (válida en este caso) es por el hambre (cuando la lactancia es la única fuente de alimento del bebé)» .

1842. Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘El Profeta (B y P) prohibió que el hombre se case con una mujer y con la tía paterna o materna de ella (a la vez)’.

IX • Al-shigâr

1843. ‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men- sajero de Dios (B y P) prohibió el shigâr.

X• El Profeta prohibió la mut‘a (el matrimonio temporal) al final

1844. Ÿâbir bin ‘Abdullah y Salama bin Al- Akwa’ dijeron: ‘Formábamos parte de un ejérci- to y el Profeta (B y P) vino a nosotros; nos dijo: «Se os ha permitido practicar la mut‘a. ¡Hacedlo, pues!»’.

 

XI • Una mujer se ofrece, a sí misma, en matrimonio a un hombre piadoso

1845. Sahl bin Sa‘d relató que una mujer se ofre- ció a sí misma (en matrimonio) al Profeta (B y P). Un hombre dijo al Profeta (B y P): ‘¡Mensajero de Dios! ¡Cásame con ella!’; el Profeta (B y P) le dijo: «¿Qué tienes (como dote)?» El hombre respon- dió: ‘No tengo nada’ y el Profeta (B y P) le dijo: «Vé y busca aunque sea un anillo de metal». El hombre se fue y volvió; dijo: ‘No ¡Por Dios! que no tengo nada, ni un anillo de hierro. Pero aquí está mi izâr y le daré la mitad de él’. Sahl añadió que el hombre no tenía ni un manto con qué cu- brirse y que el Profeta (B y P) le dijo: «¿Qué haría ella con tu izâr? Si lo viste tú te quedas sin ropa y si tú lo vistes ella no se beneficia en nada». El hombre se sentó por un largo tiempo y cuando se levantó (para irse) el Profeta (B y P) lo vio y lo llamó o se lo llamaron. El Profeta (B y P) le dijo: «¿Cuánto memorizas del Corán?», el hombre res- pondió: ‘Memorizo tal y tal sura’ y mencionó los nombres de algunas suras. El Profeta (B y P) dijo: «Te la damos en matrimonio por lo que memori- zas del Corán (debes enseñárselo)».

XII • Mirar a la mujer antes del matrimonio

1846. En otro relato de Sahl dice que una mu- jer vino al Mensajero de Dios (B y P) y le dijo: ‘¡Mensajero de Dios! Vine a presentarme a ti (para casarme contigo)’. El Mensajero de Dios (B y P) la miró fija y cuidadosamente; luego bajó su vista y mencionó el hadiz (el anterior). Y agre- gó al final: «¿Las recitas de memoria?», el hombre dijo: ‘Sí’. Entonces el Profeta (B y P) le dijo: «Ve pues; te caso con ella por lo que sabes del Corán (como dote)».

XIII • Los que dicen: no hay matrimo- nio sin tutor legal (waliy)

1847. Ma‘qal bin Yassâr dijo: ‘Casé a una her- mana mía con un hombre y la divorció. Cuando terminó su periodo de espera, llegó nuevamente y la pidió en matrimonio. Yo le dije: ‘Te casé con

ella, te hice un lecho de ella (tu esposa) y te tra- té con generosidad; luego la divorciaste y ahora vienes a pedirla nuevamente. No ¡Por Dios! ¡No volverá a ti nunca!’ Y no era un hombre malo, además que la mujer quería volver a él. Entonces Dios reveló esta aleya: No les impidáis que se ca- sen con sus maridos... (2:232). Yo dije: ‘Procede Mensajero de Dios (B y P)’ y el Mensajero de Dios (B y P) la casó con el hombre’.

XIV • El padre u otro no podrá casar a una vírgen o a una zayyib sin su consentimiento

1848. Abû Huraira relató que el Profeta (B y P) dijo: «La mujer (zayyib) no puede ser casada has- ta que se le consulta; tampoco la virgen puede ser casada hasta que se obtiene su consentimiento». Dijeron: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! ¿Cómo ex- presa su consentimiento?’ Dijo: «Con su silen- cio».

1849. ‘Âisha dijo: ‘Dije: ‘¡Mensajero de Dios (B y P)! ¡Una virgen se avergüenza!’ Él dijo: «Su complacencia la expresa su silencio»’.

XV • Si un hombre casa a su hija con- tra su voluntad el matrimonio es rechazado

1850. Jansâ’ bint Jidâm Al-Ansâriyya relató que su padre la casó contra su voluntad cuando ella ya era zayyib; así que fue ente el Mensajero de Dios (B y P) y él anuló su matrimonio.

XVI • Nadie debe pedir la mujer que su hermano ha pedido, hasta que se casen o la deje (sea rechazado)

1851. ‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘El Profeta (B y P) prohibió que unos vendan sobre la venta de otros (perjudicándoles), y que el hombre pida a la mujer que su hermano (un primer pretendiente) ha pedido, hasta que el primer pretendiente abandone su proposición o le permita (presentar su proposición)’.

XVII • Condiciones que no son permitidas en el matrimonio

1852. Abû Huraira relató que el Profeta (B y P) dijo: «No es permitido que una mujer pida divor- ciar a su hermana (la primera mujer de su futu- ro esposo), para quedarse con todo, pues recibirá sólo lo que Dios le ha prescrito».

XVIII • Las mujeres que presentan a la mujer ante su esposo y sus ple- garias por bendiciones (para la pareja)

1853. ‘Âisha relató que preparó a una mujer para su matrimonio con un hombre de los ansâr y el Profeta (B y P) dijo: ‘¿No teníais ninguna di- versión? (en el matrimonio) pues a los ansâr les gusta la diversión’.

XIX • Lo que un hombre dice al tener relaciones sexuales con su esposa

1854. ‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo: «Si un hombre dice al tener relacio- nes sexuales con su esposa: ‘En el nombre de Dios ¡Por Dios! aleja de mí a Satán y aléjalo de lo que concedas’ y luego se les dota algo de esa relación o se prescribe que ambos tengan un hijo, este no será dañado por Satán nunca»’.

XX • El banquete de bodas, aunque sea con un solo carnero

1855. Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P) nunca ofreció como banquete de bodas, por nin- guna de sus esposas, lo que ofreció en su boda con Zaynab; ofreció un carnero’.

XXI • El que ofrece un banquete de bodas con menos de un carnero

1856. Safiyya bint Shayba dijo: ‘El Profeta (B y P) ofreció como banquete de bodas, con una de sus esposas, dos mudd de cebada’.

XXII • La obligación de asistir a los banquetes de bodas y otras in- vitaciones; y quien da un banquete de siete días o algo así

1857. ‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men- sajero de Dios (B y P) dijo: «Si alguien es invitado a un banquete de bodas debe asistir».

XXIII • La exhortación a cuidar de las mujeres

1858. Abû Huraira relató que el Profeta (B y P) dijo: «Quien cree en Dios y el Día Final que no dañe a su vecino. Y os encomiendo que tengáis en buen cuidado a las mujeres; pues ellas fueron creadas de una costilla y lo más torcido de la cos- tilla es su parte superior. Si quieres enderezarla la romperás y si la dejas sigue torcida; así pues, os encomiendo que cuidéis bien de las mujeres».

XXIV • El buen trato con la familia

1859. ‘Âisha dijo: ‘Once mujeres se sentaron y acordaron y se comprometieron a no esconder nada sobre sus esposos. La primera dijo: ‘Mi es- poso es como la carne de un camello débil y fla- co que está sobre una montaña: No es fácil subir a ella y su carne no vale la pena el esfuerzo de bajarla de allí’ . La segunda dijo: ‘No hablaré de mi esposo, pues temo no terminar; porque, si lo describo, mencionaré todos sus defectos y malos tratos’. La tercera dijo: ‘Mi esposo es un hombre alto; si lo describo (y se entera) me divorciaría; y si me callo tampoco me trataría como a una espo- sa’. La cuarta dijo: ‘Mi esposo es una persona moderada como una noche en Tiháma, ni caliente ni frío; no le temo ni estoy descontenta con él’. La quinta dijo: ‘Mi esposo es un guepardo al entrar en la casa y es un león cuando sale ; y no pregun- ta sobre la casa’. La sexta dijo: ‘Mi esposo arra- sa con todo cuando come, no deja nada cuando bebe y cuando duerme duerme solo, arropado y ni extiende sus manos para tantear (por la cama) y saber cómo estoy’. La séptima dijo: ‘Mi esposo es un pervertido o un tonto; todos los defectos están presentes en él y es capaz de partirte la cabeza o golpearte el cuerpo, o ambas cosas’. La octava dijo: ‘Mi esposo es suave al contacto como un conejo y de agradable olor como el zarnab (una hierba de olor agradable)’. La novena dijo: ‘Mi esposo es un hombre alto y generoso que viste una banda lar- ga para cargar su espada (es noble y valiente). Sus cenizas son abundantes y su casa está siempre cerca para quien quiera consultarle’ (está siempre disponible para todos los que procuran su conse- jo). La décima dijo: ‘Mi esposo es Mâlik ¿Y cómo es Mâlik? Mâlik es mucho mejor de lo que pueda describirse: La mayoría de sus camellos se man- tienen en casa (listos para agasajar invitados) y pocos se llevan a los pastizales; cuando los came- llos oyen el sonido de la flauta saben con seguri- dad que serán degollados para los invitados’. La onceava dijo: ‘Mi esposo es Abû Zar’ ¿Cómo es, pues, Abû Zar’? Me ha dado muchas joyas y mis brazos han engordado. Me ha complacido y es- toy tan contenta que estoy orgullosa. Me encontró con mi familia que eran pastores de ovejas y po- bres; y me trajo a una familia respetable que tiene caballos, camellos y grano limpio y descascarado’. Cuando digo algo, él no me reprende ni me ofen- de; duermo hasta tarde en la mañana y cuando bebo agua o leche bebo hasta saciarme. Y la madre de Abû Zar’ ¿Qué puedo decir de ella? Sus bolsas estaban siempre llenas de provisiones y tenía una casa espaciosa. Y el hijo de Abû Zar’ ¿Qué puedo decir del hijo de Abû Zar’? su lecho era tan orde- nado como el filo de una espada desenvainada y

(1) Compara a su esposo con el guepardo porque los árabes lo conocían por tímido, inofensivo y que le gusta mucho dormir. Luego lo compara con el león por su valor al salir de la casa a los combates.

(2) Esta es una alegoría a la generosidad: cuando la persona es generosa la gente continuamente viene a su casa y les invita a comer; por esta razón siempre tiene fue- go ardiendo para prepararles comida a sus invitados; y por esto mismo hay muchas cenizas en la casa.

su apetito se satisfacía con el brazo de un bebé de cuatro meses . La hija de Abû Zar’ es obediente a

su padre y a su madre; tiene un cuerpo robusto y bien proporcionado que despierta la envidia de la otra mujer de su esposo. Y sobre la sierva de Abû Zar’ ¿Qué puedo decir de la sierva? No comenta nuestros asuntos privados divulgándolos; no des- perdicia las provisiones y no deja la basura rega- da en nuestra casa. Un día Abû Zar’ salió cuando se ordeñaba a los animales y vio a una mujer que tenía dos hijos como leopardos que jugaban con sus senos; me divorció y se casó con ella. Después me casé con un hombre noble que montaba un caballo veloz e incansable cargando su lanza en mano. Me dio muchas cosas y una pareja de cada animal de los ganados; me dijo: ‘Come Umm Zar’ y da a tu familia’; todas estas cosas que me dio mi segundo esposos no alcanzan al menor utensilio de Abû Zar». ‘Âisha dijo al Profeta (B y P): ‘¡Men- sajero de Dios (B y P)! ¿Yo soy para ti como Abû Zar’ es para su esposa Umm Zar’?’

XXV • El ayuno opcional de la mujer con permiso de su esposo

1860. Abû Huraira relató que el Profeta (B y P) dijo: «No es permitido para la mujer que ayune en presencia de su marido sin su permiso. Y no debe dejar entrar a nadie en su casa sin permiso de su esposo; y todo lo que ella gasta de caridad sin su permiso, pues él gana la mitad de la recompen- sa».

XXVI

1861. Usâma relató que el Profeta (B y P) dijo: «Me detuve a las puertas del Paraíso y vi que la mayoría de los que habían entrado en él eran pobres; los ricos estaban retenidos (para rendir cuentas). Entonces la gente del Infierno fue lan- zada al Infierno y me detuve en una de sus puer- tas; vi que la mayoría de los que entraron allí son mujeres».

XXVII • El sorteo entre las esposas antes de viajar

1862. ‘Âisha relató que, cuando el Profeta (B y P) tenía que emprender un viaje, sorteaba entre sus esposas (para ver cuál le acompañaba en el viaje). Una vez ‘Âisha y Hafsa salieron favo- recidas en el sorteo. Cuando caía la noche, el Pro- feta (B y P) montaba al lado del camello de ‘Âisha y conversaba con ella. Hafsa dijo (a ‘Âisha): ‘¿Por qué no montas esta noche mi camello y yo monto en el tuyo? Así me ves y yo te veo’. ‘Âisha le dijo: ‘¡Claro!’ y así lo hicieron. El Profeta (B y P) lle- gó entonces al camello de ‘Âisha, en el que estaba Hafsa; la saludó y prosiguió a su lado hasta que hicieron un alto. ‘Âisha lo extrañó; cuando des- cendieron puso sus pies en el pasto y dijo: ‘¡Señor! ¡Envíame un escorpión o una serpiente que me pique! ¡Y ni siquiera puedo culparlo (al Profeta (B y P))!’

XXVIII • Quien se casa con una virgen después de estar casado con una mujer zayyib

1863. Anas bin Mâlik dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo: «La sunna es que, quien se casa con una vir- gen, teniendo ya a una zayyib, se quede con la vir- gen siete noches; y si alguien se casa con una za- yyib (teniendo ya a una virgen a su lado) se queda con ella tres días»’.

XXIX • Quien dice tener cosas que no tiene y la vanidad de la mujer en relación a las otras esposas de su marido

1864. Asmâ’ relató que una mujer dijo: ‘¡Men- sajero de Dios (B y P)! Mi marido tiene otra espo- sa ¿Puedo enorgullecerme ante ella por cosas que mi esposo no me ha dado?’ El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Quien se enorgullece de lo que no le han dado es como el que viste las dos vestimentas de la falsedad ».

XXX • Algîra (el celo)

1865. Abû Huraira relató que el Profeta (B y P) dijo: «Dios es celoso; sus celos se despiertan cuan- do el creyente hace lo que Él le prohibió».

1866. Asmâ’ bint Abi Bakr dijo: ‘Cuando Al- Zubayr se casó conmigo no tenía ningún bien ni siervo sobre la faz de la tierra y nada excepto un camello para cargar agua y su caballo. Yo solía alimentar a su caballo y traer agua; también re- mendaba el odre y preparar harina; pero no sa- bía hacer pan. Una vecinas mías de los ansâr ha- cían pan para mí; eran mujeres de honor. Solía cargar las semillas de dátil desde la tierra de Al- Zubayr, la cual le fue concedida por el Mensaje- ro de Dios (B y P), sobre mi cabeza; y esta tierra quedaba a tres cuartos de farsaj (casi dos millas). Un día, volvía con las semillas sobre mi cabeza, y encontré al Mensajero de Dios (B y P) con un grupo de los ansâr. El Mensajero de Dios (B y P) me llamó y le dijo: «¡Ij! ¡Ij!» a su camello para (que se siente y así poder) cargarme detrás de él. Me dio mucha vergüenza de ir con los hombres y recordé a Al-Zubayr y sus celos, pues era la per- sona más celosa que había. El Mensajero de Dios (B y P) supo que me dio vergüenza y siguió su marcha. Cuando llegué donde estaba Al-Zubayr, le dije: ‘El Mensajero de Dios (B y P) me encon- tró cargando las semillas sobre mi cabeza, esta- ba con un grupo de sus sahabas, y arrodilló al camello para que yo suba. Me dio vergüenza de él y conozco tus celos’ y él dijo: ‘¡Por Dios! Que tú cargues las semillas es peor para mí que (sa- ber que) te hayas montado con él’. Después Abû Bakr me envió un sirviente que se encargaba de cuidar al caballo; entonces me sentí como haber sido liberada’.

XXXI • Los celos de las mujeres y su enojo

1867. ‘Âisha dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) me dijo: «Yo sé con seguridad cuándo estás com- placida de mí y cuando estás enojada». Yo le pre- gunté: ‘¿Y de dónde sabes eso?’, y él dijo: «Cuando estás complacida dices: ‘¡No! ¡Por el Señor de Mu- hammad!’ y si estás enojada dices: ‘¡No! ¡Por el Señor de Ibrâhîm!’» Yo le dije: ‘¡Por Dios! Tienes razón Mensajero de Dios (B y P), no dejo sino tu nombre ’.

XXXII • Ningún hombre debe quedarse a solas con una mujer excepto que sea su mahram; la visita a las mujeres cuyo marido está ausente

1868. ‘Uqba bin ‘Âmir relató que el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «¡Cuidaos de las visitas a las mujeres!» Un hombre de los ansâr dijo: ‘¡Mensa- jero de Dios! ¿Y los parientes políticos ?’ el Men- sajero de Dios (B y P) respondió: «Los parientes políticos son la muerte misma» .

XXXIII • La mujer no debe mirar o tocar el cuerpo de otra mujer para describírsela después a su marido

1869. ‘Abdullah bin Mas‘ûd dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo: «La mujer no debe mirar o tocar a otra mujer para describírsela a su esposo como si él la estuviera viendo»’.

XXXIV • Si un hombre regresa después de una ausencia prolongada no debe entrar a su hogar de noche

1870. Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Si uno de vosotros vuelve después de una ausencia prolongada, no debe en- trar a ver a su familia de noche»’.

1871. Ÿâbir también relató: ‘El Profeta (B y P) dijo: «Si entras (a tu población) por la noche (al volver de un largo viaje), no entres a ver a tu fa- milia; hasta que se rasure el vello púbico la mujer cuyo marido estuvo ausente por largo tiempo y se peine la mujer con el cabello desarreglado»’.

 

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